jueves, 28 de mayo de 2009

EL VELO.

Te veo despierto, te veo dormido,
te veo en el sol, te veo en la lluvia,
en tu imagen estoy sumido
y siento mucha envidia.

Envidia del viento que acaricia tu piel,
de todos los ojos de las personas que te ven,
del sol tocando tus labios de miel,
del suelo que tus pies sienten.

Volteo al cielo,
las nubes forman tu rostro
y al observarlo
me siento otro.

Me siento perdido
como en un paraíso
y así sigo creído
ante ti sumiso.

Me tranquiliza tu imagen
pero también desespera
pues como las flores se deshacen
mi corazón te espera.

Me siento afortunado
cuando a tu lado estoy,
el ambiente en el que nado
me hace sentir que me voy.

Me voy a un paraíso
donde estemos tú y yo
en el momento preciso
en que se abra un capullo.

Tú, capullo único,
una flor hermosa,
ante ti yo rustico
soy cualquier cosa.

Que me quieras te pido,
adorarte yo anhelo
pues hasta ahora te veo,
sólo detras de un velo.

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